Monday, June 28, 2010

Julian Assange, fundador del sitio web de denuncias WikiLeaks

Raffaele Mastrolonardo

Il Manifesto

Traducido para Rebelión por Susana Merino

No tiene celular, cambia a menudo su número de teléfono fijo, usa no menos de seis direcciones email diferentes y, cuando no viaja, divide su tiempo entre su nativa Australia, Kenya e Islandia. Por lo regular es difícil de localizar; Julián Assange, creador de Wikileaks, un sitio que permite a cualquier persona publicar anónimamente documentos reservados, estuvo el mes estuvo el mes pasado más inencontrable que nunca: entre los más interesados en encontrarle estaba también el Pentágono que lo cree en posesión de informaciones muy comprometedoras para la seguridad nacional.



La preocupación del gobierno de los EEUU comienza a finales de mayo luego de que el soldado del ejército estadounidense Bradley Manning, destinado en Iraq, fuera arrestado bajo la acusación de ser un “topo” allí. Entre los materiales que habría “entregado” a la organización de Assange, está un video, publicado el pasado abril, en el que se ve un helicóptero con las barras y estrellas matando a varias personas en Iraq, entre ellas dos empleados de la agencia Reuters. En las semanas en que había desaparecido, el ex hacker australiano no lo confirmó al Departamento de Estado; por otra parte, vía email ha asegurado poseer otro video que documenta la muerte de otros 100 civiles (en su mayor parte niños) en la aldea Garani de Afganistán durante un ataque de las fuerzas armadas estadounidenses.

Assange reapareció públicamente el lunes pasado con ocasión del convenio sobre la censura organizado por el Parlamento Europeo en Bruselas, donde fue entrevistado por Il Manifesto. Durante la charla se manifestó preocupado por el soldado detenido, confirmó que la publicación del nuevo video es inminente y recordó a los periodistas italianos preocupados por la llamada “ley mordaza” que Wikileaks está su disposición.

¿Por qué reapareció? ¿No tiene miedo?

Después de analizar el problema comprendí que la situación política es de tal carácter que nadie tendría interés en interferir en mi libertad de viajar.

¿De modo que la definición del Pentágono de “cacería del hombre” ya no es apropiada en su opinión?

En un principio, algunas declaraciones de representantes del Gobierno estadounidense y del ejército iban en ese sentido. Actualmente la situación se ha aclarado y creo que en los EEUU existe la convicción de que cualquier interferencia en mi actividad o en la de Wikileaks sería vista negativamente por la prensa internacional y por otras instituciones.

Esta situación se creó a partir del arresto de un soldado estadounidense considerado responsable de haberle “entregado” materiales reservados. Usted nunca confirmó que se trate de una fuente suya.

Nosotros recogemos informaciones de nuestras fuentes y si por casualidad nos topáramos con este tipo de informaciones las destruiríamos. Por eso no podemos confirmarlo. Sin embargo, dado que buscamos respaldar a quienes nos proveen de informaciones hemos contratado a tres abogados estadounidenses para defender al soldado.

¿Qué es lo que sabe de su situación?

Muy poco y eso nos preocupa. Su abogado, que ha sido designado por el ejército, no ha respondido a nuestros pedidos de información. Es muy raro, según nos han dicho expertos en derecho militar de los EEUU, que un soldado esté arrestado tanto tiempo sin una acusación formal.

Un artículo de la revista online Salon cita un documento de contraespionaje de los EEUU (irónicamente revelado precisamente por Wikileaks) en el que se afirma que para desactivar su servicio es necesario descubrir sus fuentes y mostrarlas al público. ¿Es eso lo que está ocurriendo?

Bradley Manning está acusado de haber hablado de su actividad de informante a un periodista estadounidense y ex hacker (Adrian Lamo, ndr) que no tiene ninguna relación con Wikileaks. Al contrario, se trata de un periodista que, según Manning, es informante del ejército.

Se mantiene, sin embargo, el riesgo de que a la opinión pública le llegue un mensaje diferente que pueda desalentar a nuevos informantes.


El documento del ejército que citabas dice que nuestro “centro de gravedad”, es decir la certeza de las fuentes de que las protegeremos puede ser destruido por circunstancias como las que se están verificando en estos días. Más aún si uno se toma el trabajo de leer los detalles de este asunto, reconocerá que no hemos faltado a nuestro deber y que los procedimientos de Wilileaks son eficientes. Manning cometió el error de hablar con alguien más. Hay que recordar a las fuentes que no todos los periodistas cumplen las normas con rigor.

Hace algunos días confirmó que disponía de un video relacionado con la masacre de Garani, en Afganistán ¿Cuándo lo publicará?

Estamos trabajando: lo publicaremos junto a otros documentos a la mayor brevedad.

¿A que brevedad? más o menos una semana?

Depende de las circunstancias. Tenemos pocos recursos y mucho trabajo por hacer

¿Piensa realizar un operativo similar al que efectuó para el video que documenta la muerte de civiles por un helicóptero estadounidense en Bagdad: una versión editada del material para que pueda ayudar a su comprensión a quienes lo vean?

Es un aspecto delicado. El hecho de haber editado el primer video se utilizó para que los militares y los políticos desacreditaran el material mostrado aun cuando los trabajos de montaje fueron limitados y aunque hayamos puesto a disposición el video íntegro. También hemos advertido de que cuando publicamos material sin el debido contexto, el impacto sobre la opinión pública es escaso. Por lo tanto con el video de Afganistán estamos trabajando de manera análoga.


Wikileaks se dirige a informadores de organizaciones privadas y públicas de todo el muno. Según un reciente artículo del New York Times, Obama es mucho más duro contra los “topos” en el Gobierno de lo que fue Bush.

Parece que es así. Cualquiera que ejerza el poder, de cualquier partido, se mezcla con el aparato burocrático militar y de inteligencia y eso es lo que pasa en los EEUU. No debemos olvidar que corresponde a la oposición limitar el poder del Gobierno y el Partido Republicano rara vez actúa contra estos argumentos.

Hablando de gobierno, ¿ha seguido las polémicas suscitadas sobre las normas de interceptación propuestas por el gobierno de Berlusconi?

Sí y no: pero según lo que he podido percibir el camino que está emprendiendo Italia es deplorable. A los periodistas italianos puedo decirles que Wikileaks puede ser una ayuda para ellos. A vuestros legisladores les recuerdo que si quieren que la gente obedezca deben sancionar leyes razonables, de otro modo sólo generaran resentimientos con relación al derecho; y estoy seguro de que ése es uno de esos casos.



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